martes, 3 de junio de 2014

Con bastante frecuencia los profesionales sanitarios nos vemos en la situación de tener que dar malas noticias (enfermedades progresivamente incapacitantes como lo son las patologías degenerativas, enfermedades con corto pronóstico vital cómo una tumoración con diseminación metastásica, enfermedades crónicas cómo lo es una diabetes mellitus…..). La falta de formación en áreas de comunicación, en general, hace que dar malas noticias nos genere ansiedad e inseguridad, pudiendo incluso provocar más dolor del necesario al informar. Además en el caso del médico de atención primaria, dada la estrecha relación que se establece con algunos de nuestros pacientes, en ocasiones existe cierto vínculo afectivo que puede ayudar, pero también suponer un obstáculo para la transmisión de esas noticias.
Generalmente, los profesionales de la salud tendemos a dar importancia a lo que es importante para nosotros y no dársela a lo que consideramos banal. De ahí que en muchas ocasiones el paciente se sienta incomprendido por falta de empatía por nuestra parte, que sienta que no le prestamos la atención que él esperaba. Pero, parece lógico, que quien debe decidir si es o no una mala noticia debe ser la persona sobre quien recae el problema, la persona a la que afecta esa información. Este argumento lleno de sentido común en el terreno de lo teórico es frecuentemente olvidado en nuestra práctica.
En el caso de las enfermedades crónicas con pobre pronóstico vital, nos surge la duda de informar. El entorno del paciente decide y, en muchas ocasiones, se proclama propietario de la información para hacer con ella lo que, según su bien intencionado entender, más beneficie al enfermo. Es en estas situaciones tan importantes para la vida cuando en algunas ocasiones al enfermo se le deja sin información veraz y, por tanto, sin capacidad para decidir. Desde una práctica centrada en el paciente la categoría de mala noticia la debe otorgar quien la sufre y quien la sufre tiene derecho a ser informado si así lo desea.


A continuación se adjunta un video sobre las herramientas en la relación médico-paciente. Me ha parecido realmente útil y muy resumido.